Las infancias y adolescencias necesitan de los adultos para ser guiados frente a los desafíos del mundo digital. Un paso clave para hacer efectivo este acompañamiento es establecer acuerdos y definir pautas de uso de los dispositivos.

Un contrato familiar es una herramienta para crear un ecosistema digital saludable, que puede ayudarnos a implementar y sostener buenos hábitos. En este contrato se busca que en familia decidan cuáles serán las nuevas pautas de uso de los dispositivos dentro y fuera del hogar.

Antes de proponerle a tus hijos el armado del contrato de uso de dispositivos, es importante conversar con ellos sobre la importancia de este paso para lograr un equilibrio entre las actividades online y offline, en pos de fomentar una dinámica familiar más saludable.

Recomendamos remarcarles que sus hábitos digitales cambiarán con el objetivo de mejorar el bienestar de todos en el hogar y que no se trata de una imposición, sino una oportunidad para trabajar juntos y encontrar una dinámica que beneficie a todos los miembros de la familia.

Al final, el objetivo es lograr un uso responsable y equilibrado de las tecnologías digitales en el hogar. Este artículo puede ayudarte a orientar la conversación.

¿Qué incluye un contrato de uso de dispositivos?

Un contrato de uso de dispositivos puede incluir acuerdos sobre el tiempo máximo que podemos pasar frente a las pantallas, la cantidad de tiempo dedicado a ciertas actividades (como jugar videojuegos o navegar por redes sociales) y cualquier otra cuestión que como familia consideren importante.

Las pautas, además, se pueden aplicar a todos los dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles, computadoras y tabletas.

La idea es que cada hijo tenga su propio contrato, ya que las pautas varían de acuerdo con las necesidades y la etapa de desarrollo de cada uno. Es importante utilizar un tono amigable, donde las reglas se escriban en forma positiva y no prohibitiva.

Algunas preguntas que pueden hacer para ir delineando los acuerdos que plasmarán en el contrato son:

• ¿Qué reglas comunes podemos establecer en la casa en torno al tiempo de uso de dispositivos?
• ¿Qué lugares consideran adecuados para usar el celular? ¿Cuáles no lo son?
• ¿En qué momentos del día se podrán usar pantallas en el hogar? Identificar qué dispositivos y cuándo se utilizarán.
• ¿Hay alguna franja horaria en la que cada uno pueda prescindir del teléfono/videojuego? ¿Cuándo? ¿Qué actividad podrían hacer en ese momento?
• ¿Qué nueva regla podría incorporar cada integrante para pasar más tiempo con la familia? ¿Qué cambios en la rutina tendrían que hacer?

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